lunes, septiembre 29, 2008

Siguiendo la luna...

martes, septiembre 23, 2008

Hubo un tiempo que fue hermoso…

Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que me daban muchas ganas de vivir en Temuco. Para un cabro chico de Pucón como yo, era muy entretenido estar acá. Lo digo por tres cosas: el fútbol, el básquetbol y el cine (en ese orden). Cosas que en mi pueblo, en esos años, no gozaban de mucha masividad.
Era simplemente espectacular ir al Germán Becker para ver algún partido de Green Cross (después Deportes Temuco). Ni hablar cuando venía Colo – Colo. El estadio se llenaba y yo tenía que conseguir el permiso como con tres semanas de anticipación. Tenía que portarme bien, acostarme temprano, sacarme buenas notas y tratar de convencer a mi hermano mayor para que me llevara al estadio. En fin, eran unas tardes espectaculares. Ni siquiera había barrabravas, ni bravucones que asustaban y macheteaban. Nada. Sólo hinchas de ambos equipos que no se hacían drama en compartir los tablones.
Ni hablar del básquetbol. Había que seguir a San José, luego a la UDE y en un pasado no tan lejano a la UT. Los clásicos entre los españoles y los universitarios eran calientes de principio a fin. Gimnasios llenos. Toda la pasión desembocaba en que muchas horas después me daba vueltas y vueltas en la cama recordando las jugadas y soñando con algún día encestar en un O’Higgins hasta las banderas. Bueno, el sueño no se cumplió… pero igual.
El drama es ahora, veinte y tantos años después. Ahora vivo y trabajo en Temuco. Pero nada. No hay básquetbol profesional y el fútbol se debate entre la vida y la muerte de un campeonato que para ser franco, sólo seduce a los acérrimos hinchas. A esos que no les importa donde se juegue y que siguen sus colores (principalmente los albiverdes) a cualquier lado. Tendremos un estadio espectacular. De primer nivel, pero no hay fútbol profesional. Hay gimnasios disponibles, pero no hay básquetbol. Por favor que alguien haga algo. Son tiempos de elecciones. Algunos candidatos propusieron traer equipos de afuera, pero el hiperventilado rechazo no se hizo esperar. Luego uno “reculó” y apostó por Deportes Temuco. En realidad, no importa cómo. Por favor recuperemos el deporte de primer nivel en la ciudad. Sólo queda el cine… ojalá no se acabe.