martes, junio 22, 2010

La marea que destiñe...


En la clínica, dolorido y luego de una compleja noche de vómitos y diarrea. Ese era el panorama que enfrentaba en los primeros minutos del partido mundialista entre Chile y Suiza. Pero bueno la idea era verlo y por lo mismo hice apurar la pasada de las gotas de suero. Pero alcancé y en la sala de espera (a esa hora espera de pagar los bonos) pude ver los primeros toques.
Luego del triunfo (ya estaba en mi casa) comenzó lo de siempre. La TV como en cadena nacional se volcó a las calles para mostrar la mega celebración nacional por los seis puntos que, paradójicamente, no nos dejan en la segunda fase. Traté de buscar algún análisis futbolístico del triunfo, de los cambios y de lo que venía. ¿Cómo haría Bielsa para reemplazar a Carmona y al Mati? Nada. Sólo gritos ceacheíes y un montón de taradaos alardeando sobre cuántos goles le haríamos a España y que, a la postre, saldríamos campeones del mundo.
Durante la tarde fue lo mismo. Desde mi lecho de enfermo (qué siútico) escuché a Solabarrieta y otros decir que el que temía era España y que estábamos listos. La realidad es diferente. Nunca le hemos ganado a España y el tema se viene duro.
Lo peor llegó hoy por la mañana (el día siguiente) cuando en un diario español hacían mención a una portada de La Cuarta. "El viernes los ensartamos y olé" decía el diario popular. No aprendemos. Pasó contra Brasil y Robinho se dio el gusto de dejarnos un mensaje en el camarín del estadio nacional luego de golearnos: "Hay que respetar a la mejor selección del mundo...". Gracias a Dios, España no es la mejor selección del mundo, aunque la prensa deportiva nos haya hecho pensar eso...