La protesta sin fin

Concepción Martín está desde 1981 día y noche fuera de la Casa Blanca. Literalmente vive en la calle (en este caso Pennsylvania Avenue) y duerme ahí. A principios de los '90 el diario El País de España la hizo un poco más conocido (bueno, bastante más conocida) con una crónica que ella se encarga de repartir en papel fotocopiado.
Cuando escucha de mis labios que vengo de Chile lanza una perorata poco entendible sobre las bombas, el desierto y los planes de Bush (el ex presidente... ¿alguien se acuerda de él?) para extraer energía nuclear con maléficos fines.
Según la crónica de El País, el gobierno norteamericano le tiene normada la distancia a la que debe permanecer de la reja de la actual residencia de Obama, incluso también le señala las dimensiones de las pancartas. Con todo, Concepón permanece día y noche con su protesta sin importar el caluroso sol veraniego o el duro invierno. Así se entiende la piel gastada y los 130 años o más que su imagen proyecta en la protesta sin fin.
Según la crónica de El País, el gobierno norteamericano le tiene normada la distancia a la que debe permanecer de la reja de la actual residencia de Obama, incluso también le señala las dimensiones de las pancartas. Con todo, Concepón permanece día y noche con su protesta sin importar el caluroso sol veraniego o el duro invierno. Así se entiende la piel gastada y los 130 años o más que su imagen proyecta en la protesta sin fin.
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