jueves, enero 17, 2008

Con una pala y un sombrero

Hay veces en que lloro. De verdad y no me averguenza reconocerlo. Los hombres también lloramos. Me acuerdo de mi viejo. Es imposible que lo pueda sacar de mi cabeza. Ahí está con su cara. Me mira y me aconseja. A veces se enoja y me regaña. Ahí está en una canción. La de Gervasio. "Con una pala y un sombrero. "Quién más que tú, que siempre fuiste un viejo bueno". Es verdad... fue un viejo bueno. Fue mi viejo.